Estos últimos meses, [Radiador] Magazine ha dado mucho de qué hablar a partir de nuestra tercera edición de aniversario publicada en diciembre de 2014. Pareciera que hubo conspiración por exprimir toda reflexión existente en torno al proyecto, pero aun nos quedan algunos puntos pendientes. Dejo la entrevista completa que me realizó Roberto Bolaños Godoy para la realización del artículo Presente y futuro de las revistas digitales:
Revista
digitales | [Radiador]
Magazine
¿Cuáles
son las posibilidades que ofrece una revista digital con respecto a una revista
tradicional impresa? ¿Qué limitantes existen?
Daniel Malpica:
En principio toda revista alberga un modelo para mantenerse, ya sea de
voluntades, o de negocios si aspira a volverse una empresa. Pero en ambas se
invierte de alguna u otra forma. En nuestro caso, [Radiador] Magazine se evita
el tener que lidiar con pre-prensa, pero a su vez se siguen gastando horas de
trabajo en maquetación, selección, corrección, redacción, diseño, edición; más la
programación, la actualización del sitio web y la difusión en redes sociales.
Podríamos decir que la revista no nos cuesta un peso si no se tomara en cuenta
el dinero que se gastaría si se invierte particularmente en todos estos
servicios. El ahorro real se centra en la utilización de plataformas gratuitas
y en el hecho de que Emmanuel y yo hacemos todo el trabajo.
Por otro lado, pienso
que el soporte digital gana en alcance y convocatoria pero pierde en
materialidad. El objeto físico brinda "el sentido de pertenencia",
como alguna vez le escuché a Jacobo Siruela en una entrevista. Pero para las
nuevas generaciones emprender una revista digital siempre es más viable, porque
ganas sobran y esa fuente de recursos es la más importante. Si uno decide
apostar por el formato digital, yo le recomendaría a los escritores con la iniciativa
que se acerquen a las plataformas Open
Source, pues advierto que por ahí está el camino para los futuros proyectos
independientes de literatura y artes. Porque hay una trampa en la actual era
digital, y está en que la red se encuentra plagada de espacios de sociabilidad
que no son públicos, donde su futuro deviene de empresas privadas con intereses
de mercado más que culturales. Blogger
es en cierta medida perfectible por su posibilidad de alterar código pero
siempre quedará la duda de por cuánto más, o qué nuevas políticas del servició frenarán
nuestros proyectos.
Me gusta imaginar
que hay toda una red subterránea a la espera de exploradores desenfadados.
Colectivos de escritores y artistas multi-task
derrumbando cada una de las limitantes posibles.
Elementos
como los cambios en los hábitos de lectura y las innovaciones en los formatos
de los contenidos avanzan de manera vertiginosa, ante este panorama ¿cómo puede
mantenerse vigente una publicación?
DM: Por
supuesto que la vigencia es algo que depende de motivos que en ocasiones no
alcanzamos a comprender. Hay grandes poetas muertos que son extremadamente
vigentes. Depende también de contenidos y de las formas en las que asimilamos y
re-interpretamos tendencias inmediatas, modas, toma de riesgos y tradición.
Pero igualmente confío en la responsabilidad de los equipos editoriales de las
revistas para crear condiciones y lectores. Si el mercado crea necesidades en
los consumidores, porque nosotros no podrías reiterar la necesidad de la
lectura.
Hoy día considero
que se lee endemoniadamente, al menos entre las comunidades que tienen acceso
al internet. Y, para muchas personas, en esas lecturas enfurecidas hasta la
literatura se escabulle en sus pantallas esporádicamente. Por su puesto que del
leer se desglosa algo más importante que es el saber leer, pero es precisamente
por ello que las revistas culturales se crean, para invitar a hacerlo. Y de
tanto en tanto alguien decida volverse lector asiduo, capaz de asimilar,
cuestionar y transmitir conocimiento. Un mejor lector de su realidad.
¿Cuáles
son los retos que enfrenta una publicación digital? ¿De verdad es más fácil
editar en formato electrónico?
DM: Quizá
algunos de los retos estén en saber construir una narrativa de su momento con
todo el contenido y luchar contra la volatilidad. Hacer labor de historiadores.
Formar artículos de Wikipedia, crear respaldos y documentar, saber aplicar
enlaces y entender los motores de búsqueda, promover la discusión del oficio
mismo, la crítica y continuar el movimiento de lo ya publicado para que siga
consultándose a largo plazo.
Sobre la facilidad
de editar en línea, por supuesto que no lo es, como cualquier proyecto que se
pretende constante y ambicioso. Lo que sí, accesible. Por ejemplo, ninguno de
los que conforman el equipo estrella de la revista ha sido de altos recursos y,
sin embargo, [Radiador] sigue.
Las
revistas digitales van adquiriendo cada vez más prestigio, ¿pero lograrán
sustituir a las publicaciones impresas?
DM: Habría de
pensarse que cada soporte simplemente es un continente distinto y por lo tanto
sus posibilidades son otras. Si se tratase sólo del texto por el texto, ni los
autores ni los lectores buscarían incorporarse a las revistas. El rol primario
de ellas radica en ser un filtro entre la infinidad de materiales que existen
en el mundo y ofrecer a su vez un repertorio bajo ciertos criterios, discursos,
etc; o convertirse en un semillero del que crecerán nuevos escritores, una fuga
saludable para la circulación del conocimiento. Pero no sólo eso, las grandes
revistas traducen el material y lo proyectan de una manera más eficiente,
buscan mejores herramientas para comunicar el contenido. Así pues, tanto el
diseño editorial como la programación ayudan a resolver la lectura.
En internet, el
tiempo y la luz importan: una interfaz lenta o un template inentendible te esfuma los lectores. Texto blanco sobre
fondo negro en el monitor será agotador y entonces menos terminarán de leer tus
contenidos. Igualmente hay que saber implementar los tags y potenciar entradas por medio de la información que cargas en
las imágenes. Muchos de esos consejos
parten de la experiencia impresa, por supuesto.
Por otra parte, un
fabuloso ejemplo de los alcances en forma y contenido para ambos soportes puede
verse en el trabajo de la versión italiana de la revista Wired bajo ladirección creativa de David Moretti, donde se plantea la idea de editores y
autores multicanal. Si bien hablo de un proyecto con equipos de trabajo inmenso
y una gran cantidad de presupuesto, las posibilidades de acceso y de
entendimiento para cualquier persona sobre las nuevas plataformas ya no es tan
lejano como hace 10 años. Paralelamente, creo que se debe tener cuidado de
pensar el exceso de visualidad, interactividad y movimiento con el futuro de
las revistas digitales, especialmente en estos tiempos donde se confunde la
invasión al espacio visual con una mayor efectividad en la comunicación, basta
entrar al time line de facebook y ver cómo ahora los videos se
reproducen automáticamente.
Por otra parte, [Radiador]
juega con la maquetación editorial a manera de las revistas impresas y eso es
algo que los autores aprecian: Pensar que se han tomado el tiempo de diseñar
una página para ti y no sólo montar el texto, considerando el alivio que causa
saber que se puede resolver un poema que se sale del Times New Roman de 12
puntos, algo que ni los premios de poesía han podido superar, salvo honrosas excepciones. Tratamos de
reemplazar el objeto por el archivo, pero a largo plazo nos gustaría hacer un
libro gordo recopilando lo mejor que haya pasado durante el proyecto. Vamos,
que no estamos peleados con la imprenta.
Por
último, ¿cuál puede ser el porvenir de la cultura, la literatura y las artes
debido a la influencia de las revistas electrónicas? ¿Existe un antes y un
después?
DM: Para mí,
definitivamente hay un después, y los escritores se han beneficiado de ello.
Pero más aun, el flujo de revistas digitales hace que culturalmente se abran
las puertas a un porvenir extremadamente prolífico y multidireccional. Que
existan nuevas revistas independientes en línea que se establecen por la
calidad de su contenido, promueve que ciertos nichos simbólicos de poder
cultural decaigan y no consuman toda la atención en la escena de este tiempo, o
incluso se vean influenciadas por el auge de otras perspectivas. Así que
probablemente será un porvenir difícil, sintomático de un país abismado como
México, pero extremadamente fértil, y quizá eso contribuya a transformar
nuestra realidad.