22.5.12

Gerardo Arana Villareal y Daniel Malpica - Periodico de Poesía No.49

[in memoriam]


Fragmento de Met Zodiaco "in memoriam" publicado en el no.49 del Periódico de Poesía.

(Querétaro, 1987-2012)


Met Zodiaco
(Fragmento)


           Acción:
          Rugido láser. Programación desconocida. Máquina decidida a no detenerse. Feroz y exacta. Como tren rápido al fin de la noche. Walter se vuela la cabeza. El vagón sigue su curso. Dos horas después encuentran el cadáver. Reproducción. Masas. Mercado. La ley de Pareto. Sólo el veinte por ciento de adjetivos. Esa es la historia. Suave patria. México veneno.

            Las hojas negras se fueron recopilando en la plataforma de salida. Hoja negra sobre hoja negra.

          Una vez más frente a la fotocopiadora. Vuelve a iniciar la novela. Escritor detective desvelado. Ganas de toser sangre. En su garganta no hay sangre. Sólo magma rosa y dientes.

            Sostengo las hojas entre las manos. Sostengo las hojas negras.

            ¿Qué son ciento cincuenta hojas negras?

            Una constitución.

         Una constitución para ratones ciegos. Una constitución que sólo puede leer la gente que ve en la obscuridad. Una constitución para nictálopes.

           Aquí es mi primera novela. Mi país, mi clima, mi mundo privado. Las hojas negras mi constitución. Yo sé. Aún no ocurre nada. Espere. Tenga paciencia.

            Que quede claro:

          Entro al cuarto de fotocopiado. La fotocopiadora imprime hojas negras. Hoja negra sobre hoja negra. Es terrible. Causa magma y baba. Hack ha muerto. Yo no me siento bien. Me acerco a la copiadora. Es la constitución del hacker ratón. Vacío y auge. Auge e historia. Instante crucial en la tierra.

             Operaciones mentales:

            Cuando los personajes son ideas y la estructura de la narración está inspirada en la personalidad de un delincuente, todo indica desastre.

             Se enciende la copiadora. Hacemos click en el simulador de pesadillas. Road trip esquizofrénico. Pesadilla relatada: Hack desaparecido. No hay desafío motriz. No hay que cruzar el pantano. No hay que dispararle a nadie. Sólo hay que esperar.

            Pura psicología, pura mala onda. Puro lenguaje. Joyce se estrella en una motocicleta. Joyce División. América caníbal, arena movediza. Se me va la novela. Ian Curtis convulsiona frente a su chica.

             Me desvío, la novela se desvía. Entre sonido y sentido. Entre las aventuras y los apocalipsis; entre la formación sentimental y la madurez sangrienta, entre la sobrevivencia y la profecía, entre el homenaje y la destrucción.

           Hack está muerto y si no está muerto huye de casa para destruirse. No lo voy a volver a ver. Hack atraviesa américa deteniéndose a fumar un cigarrillo en cada hotel de paso.

           Hack no aparece todo es mi responsabilidad. Acción y conciencia. Vida narratoética. Narrar y vivir. Ser rápido y listo. Escapar, no perseguir. Esperar.
            62570 muertos y no hacer nada.

                 Escribir novelas en casa. Novelas para sobrevivir a la noche. Se tiende un mapa. Hay una ecuación en la ventana. El escritor desvelado descubre un misterio. Se ha estado metiendo coca y ha estado jugando Grand Theft Auto. Roba un auto y lo conduce en sentido contrario. El acelerador es gatillo. La aventura se invierte. ¿Cuál de los 70000 crímenes voy a resolver primero?
                 Yo fui asesino en la guerra de los medicamentos.

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Gerardo Arana fue licenciado en Lenguas Modernas por la UAQ.  Autor de: Hacer Pájaros (Herring Publishers/UAQ, 2008), Neónidas (Herring Publishers/UAQ, 2009) y El Whisky del Barbero Espadachín (Urano, 2010), Bulgaria Mexicali (Herring Publishers, 2011), Met Zodiaco (Copy&Hack, 2012), Pegaso Zorokin (Molinos de: / [Radiador], 2012). 



DANIEL MALPICA


Poema publicado en el no.49 del Periódico de Poesía.
 
(Ciudad de México, 1988)


Se escribe con X




malpica-01.jpgRecorriendo las scimas entre dimensiones, entre los espacios-tiempo
donde los olvidos de la materia,
me encontré múltiples veces a 韓湘子, tocaba una flauta
haciendo que aflorara de la piel una horticultura del universo, tronando
mis folículos en pinturas, partituras del paisaje, ilusiones vivas de algo
más grande e inentendible;
yo, entonces, le decía que se detuviese, que después de tantos eones,
de tantos poemas expansivos e infinidad de visiones frigoríficas
de las estrellas
le tenía miedo a la vida; y él, con su sonrisa de arena, me miraba como
si todo fuera evidente, totalmente orgánico
pero no lo era

Antes de recordar, del primer gran viaje, los poetas nos reuníamos juntitos todos
con los cabellos espeluznados,
tristeando sobre cómo el Planeta no recordaba nuestra juventud
sobre cómo muchos de la manada satelital olvidarían a nuestros niños
En una noche, cuando la luna amanecía detrás de los montes de amatista y las auroras de
alógeno se encendían con las casitas de una ciudad azarosa, un poeta me escribió una frase: “¿has visto sonreír al diablo?”
y mucho después, cuando 韓湘子 me sonreía, sólo supe responderle
con las mismas palabras de aquella ocasión
y él dijo -todo el tiempo

Miles de años posteriores al abismo, en una de las cuevas donde se originó la poesía escrita,
韓湘子 y yo observamos las caricaturas que loquitas develaban su filosofía,
en una acústica, que reactivaría sus partículas incontables veces
“la gente sobre estima el valor de la perfección,
considero sabio que hayas optado el amor”- retumbaba en el eco
y 韓湘子 sonrió característicamente

Cuantas veces tropecé entre senderos cosmogónicos y cuantas veces, guiado por las
estructuras mentales, cometí el equívoco de subirme a los cometas más
artificiales de
celofán
cuantas veces desconocí a 韓湘子 porque yo no era el mismo en cada sitio
pero al final renuncié a lo mundano
para unirme a la orden mandálica de las constelaciones,
al universo como un tejido en la cabeza-venado huichol  

Hice muchos poemas que se perdieron como mantarrayas en los mares de asteroides;
le hice el amor a mujeres tierra, agua, aire y fuego
pero por más que buscaba,
el big bang y las demás eras del universo me fueron ajenos hasta que lo conocí a él 

韓湘子, durante nuestro último encuentro, hizo sonar la siguiente melodía:

Él morirá y yo también:

el bunjin existe por los caligrafistas.
el bunjin
es la palabra, la poesía vuelta bonsái:

el bonsái es un arte dinámico, vivo, inacabable;
de ahí su condición de inmortal:

yo soy la continuación del universo:

las manos de corteza
la corteza escrita
palabra estelar:

malpica-02.jpg